Ficha técnica

Reseña histórica

Cáceres, que había recibido el legado romano de su defensa (una fuerte muralla), se preocupó de conservarla a través de la reedificación almohade (siglo XII), promulgándose disposiciones para fortalecerla hasta el siglo XVIII. Con la muralla se conseguía protección y aislamiento, efecto real y psicológico, ya que el hombre que vivía tras unos muros y unas puertas –que se cerraban al anochecer- se sentía con mayor seguridad que el que lo hacía en el campo. La muralla es de planta rectangular irregular, de fábrica de sillería romana, mampostería, hormigón y tapial. Sobre los cimientos romanos de sillares graníticos se construyó la cerca árabe, siendo casi todas las torres albarranas que se conservan del mismo origen. Algunos de los sillares romanos quedaron al descubierto por obras realizadas en el año 1974 en dos tramos, entre el Adarve del Obispo Álvarez de Castro y la Plaza del Socorro, apareciendo también la base de algunas torres (Burraca, Rey). Además, quedan otros restos romanos patentes como la Puerta del Río, llamada del Cristo, y algunos tramos inferiores de torres. Recientemente, los muros y sus torres han sido restaurados. Se ha liberado así la muralla en algunas zonas, de construcciones adosadas, y restaurado puertas, torres y tramos de muros.

Resumen técnico

La presente actuación tiene por finalidad la restauración de 3 de los 14 enclaves del Plan Director de la Muralla de Cáceres. En el enclave número 9 se interviene sobre la Torre de la calle Hernando Pizarro, el lienzo de la muralla entre la torre de la calle Hernando Pizarro y la de los Pozos, el cubo del Olivar, la torre de los Aljibes, el lienzo de la muralla entre la torre de los Aljibes y la de los Pozos, y la torre de los Pozos. En el enclave número 10, sobre el Tramo del trasdós del lienzo de la calle San Roque. Y en el enclave número 11, sobre la Torre del Río, el lienzo de la muralla del Arco del Cristo y el Arco del Cristo.